Napoleón Bonaparte es conocido como uno de los mayores símbolos imperialistas de toda la historia de Europa. Su fama emergió durante la Revolución Francesa, primero como cónsul y después como emperador, demostrando sus grandes dotes como estratega, expandiendo su imperio gracias a las Guerras Napoleónicas, ganando La batalla de Eylau y La batalla de Dresde, entre muchas otras.
Dicho esto, y sin subestimar al gran emperador como protagonista de las Guerras Napoleónicas, estas no podrían haberse llevado a cabo sin La Grande Armée y la revolucionaria artillería que el ejército llevaba consigo.
La Grande Armée (conocida también como Ejército Imperial Francés) fue el nombre que Napoleón dio a su ejército en la reunión de tropas que se hizo en Boulogne-sur-Mer con el fin de invadir Inglaterra. Al no poder movilizar tal ejército hasta las islas británicas, Napoleón logró reunir a un total de 600.000 soldados (más un millón en la reserva) para contener los planes austriacos y rusos de invadir Francia.
Como antiguo oficial de artillería, era de esperar que Napoleón armara a su ejército de tierra con cañones a modo defensivo, previniendo la actuación directa de la infantería y caballería. Aunque los cañones fuesen el arma más versátil en las Guerras Napoleónicas, el emperador Bonaparte armó a todo su ejército con diversos e innovadores fusiles, pistolas, sables y hachas que, al igual que sus dotes tácticas, se harían hueco en la historia francesa, europea y mundial.
ARMAS DE FUEGO
1.1 Fusil con Bayoneta
1.2. Rifle de chispa
1.3 Carabina de chispa
1.4 Pistola de caballería
1.5 Pistola de dos cañones
ARMAS BLANCAS
2.1 Sable Briquet
ARTILLERÍA PESADA
3.1 Cañón Napoleónico
ARMAS DE FUEGO |
Fusil con bayoneta
Este tipo de armas requerían la recarga manual de su munición después de cada disparo. Aunque podían ser más precisos que las pistolas y daban un alcance efectivo más largo, la trayectoria de la bala era imprecisa y durante el combate era imposible apuntar bien.
Rifle de chispa
Al igual que el resto de rifles, disponían de una piedra de sílex o pedernal, que al accionar el martillo producía la chispa que encendía la pólvora. La munición, que se introducía por la boca del cañón, consistía en pólvora, proyectil y taco de papel, que servía de tapón para mantener comprimidos los dos anteriores dentro del cañón.
Carabina de chispa
Las carabinas de chispa disponían de una piedra de sílex o pedernal, que al accionar el martillo producía la chispa que encendía la pólvora. Este tipo de armas requerían la recarga manual de su munición después de cada disparo. Al igual que los fusiles, la trayectoria de la bala era imprecisa.
Pistola de caballería
Estas pistolas se utilizaron como armas de autodefensa hasta mediados del S. XIX. Su alcance efectivo era corto y se usaban con frecuencia como complemento de una espada o cuchillo. Estas armas se utilizaban para un solo disparo, puesto que el método de recarga era muy lento y no se solía disponer de tiempo para recargarla.
Pistola de 2 cañones
Esta pistola de 2 cañones fue fabricada en St. Etienne por Nicolas - Noël Boutet en 1806 por orden expresa del Emperador Napoleón I, y lleva su insignia en la empuñadura. Napoleón la utilizaba como pistola de viaje y al ser de doble cañón, proporcionaba una clara ventaja contra sus oponentes, debido al lento proceso de recarga de las otras pistolas de chispa de la época.
ARMAS BLANCAS |
Sable Briquet
El sable Briquet es una espada curva y de un solo filo, pensada para cortar, utilizada habitualmente por la caballería y por los oficiales de infantería y de marina napoleónica.
Surgió por la necesidad de velocidad en el combate, que se consigue al cortar y no dejar incrustada la hoja del arma en el cuerpo del adversario gracias a la curvatura del filo.
ARTILLERÍA PESADA |
Cañón napoleónico
En 1776, Jean-Baptiste Vaquette de Gribeauval, matemático, ingeniero y artillero, logró que se aprobara su reforma de la artillería francesa, convertido al cañón en el arma más importante y decisiva en las campañas de los ejércitos de la Revolución y de Napoleón Bonaparte.
Sin lugar a dudas, Napoleón Bonaparte es uno de los personajes históricos más conocidos. Perspicaz, trabajador y revolucionario, marcó un antes y un después no solo en su país, completamente descentralizado a consecuencia de la Revolución Francesa, sino en toda Europa, dejando tras de si un legado histórico de incalculable valor.
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